martes, 28 de abril de 2015

¿Cómo actuar ante la erupción de un volcán? Medidas preventivas para cuidar el organismo


sociedad

El manejo sanitario es un factor importante como plan de emergencia tras una erupción volcánica. Dentro de las medidas inmediatas a tomar y dar a conocer se encuentran: 1) las características de la ceniza volcánica, 2) los posibles efectos de la salud a corto y largo plazo, 3) las medidas preventivas para reducir la exposición.

La afección de la salud de la población que está expuesta a ceniza volcánica dependerá de las características químicas y tamaño que tenga el material particulado. La composición morfológica y mineralógica de la ceniza puede determinar el nivel de toxicidad en el organismo; asimismo, esta composición mineral puede ocasionar efectos irritativos en el ser humano (Por ejemplo la ceniza del volcán Puyehue tenía alto componente de sílice, sin morfología patogénica -silica-, causando efectos irritativos en la población). Otro factor influyente es el tamaño del material particulado, la dispersión y concentración en el aire de este material va a estar determinado por su tamaño. Además, es necesario saber que las partículas menores a 10 micras, que es el tamaño “respirable”, son las que van a causar efectos en el sistema respiratorio.

El efecto en la salud de las personas que están expuestas dependerán de niveles de exposición (tiempo y concentración en aire), tamaño de la partícula y composición. Los sistemas con mayor compromiso y sus síntomas son: Ocular: lagrimeo, ojo rojo, coriza, prurito. Respiratorio: Congestión nasal, descarga nasal, tos, sibilancias y disnea (Falta de aire). Además, puede deteriorar condiciones patológicas pre-existentes de enfermedades crónicas como por ejemplo Asma o EPOC. Tras la exposición aguda (altas concentraciones en periodo corto) el efecto principal de la ceniza es irritativo, sin embargo ante una exposición crónica (bajas concentraciones en periodos prolongados) los efectos dependerán de composición, concentración, tiempo de exposición y tamaño de la ceniza.

Asimismo hay riesgos de contaminación del agua potable en las zonas afectadas por ceniza volcánica, por ejemplo: contaminación química y la transmisión por agua de enfermedades gastrointestinales. El primer factor de riesgo de contaminación química, es resultante de la composición mineralógica de la ceniza volcánica; podría contener sales solubles contaminantes con efectos deletéreos para el organismo. En segundo orden, la turbidez (ceniza en suspensión) del agua puede ser medio propicio para crecimiento de microorganismos, logrando incrementar enfermedades gastrointestinales de origen infeccioso.

Como consecuencia, las medidas sanitarias preventivas que se deben tomar son: OBTENER RESERVAS DE AGUA POTABLE, en caso de que el suministro no sea seguro y/o observa turbidez en el agua NO INGERIR. MANTENERSE DENTRO DE LUGARES CERRADOS, para evitar la exposición en exteriores. No realizar actividades recreativas al aire libre, para prevenir que la persona sufra síntomas ocasionados por exposición. PROTECCIÓN OCULAR (Antiparras) y/o PROTECCIÓN RESPIRATORIA (Barbijo para partículas finas) en caso de desarrollo laboral en exteriores. Personas con ENFERMEDADES RESPIRATORIA CRÓNICAS, EVITAR AMBIENTES EXTERIORES. En caso de deterioro de su enfermedad (incremento de síntomas) consultar a su médico de cabecera o guardia. Cordón eruptivo Caulle- Puyehue (2011) Respecto al ámbito local, un estudio realizado en la ciudad de Bariloche financiado por la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y la Facultad de Medicina de Universidad Nacional del Comahue, sobre el evento eruptivo del Cordón Caulle-Puyehue (2011) indica que:

En ratones se identifico que la exposición crónica a las cenizas causaba respuesta inflamatoria bronquial.

Tras la exposición prolongada de ceniza volcánica luego de la erupción en Junio 2011, se duplicó la prevalencia de síntomas de Asma respecto a estudios previos. Esta observación también incluye la prevalencia de síntomas de asma grave en el último año.

Una encuesta de percepción de salud en la población expuesta observó que dos tercios de la población referían haber padecido síntomas luego de la exposición y que las cenizas persistían en el ambiente luego de 2 años de la erupción. Sin embargo otro estudio antes y después de la exposición, que analizó los efectos agudos sobre la función pulmonar en pacientes con enfermedades respiratorias crónicas, no evidenció diferencias significativas entre mediciones, lo cual sugiere que en el corto plazo las manifestaciones clínicas serían más sensibles que las mediciones espirometricas explicando así los fenómenos observados en el escenario asistencial.

Estas evidencias nos guían a los neumonólogos a estar alertas sobre el cuidado de nuestros pacientes y actuar en consecuencia.

Asesoró el Dr. Ignacio Zabert- Medico (MP: 5077, MEsp: 2850), Especialista Universitario en Neumonología. Médico de la Sección Obstructivas de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y Docente en la Universidad Nacional del Comahue.