domingo, 12 de enero de 2014

Qué hacer frente a una tormenta eléctrica


sociedad

IRAM desarrolló una norma donde detalla lugares seguros y recomendaciones para enfrentar estos fenómenos climatológicos.

En el año 1994, el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) desarrolló la norma 3530:1994 Protección contra Descargas Atmosféricas. Guía General de Seguridad Personal durante las Tormentas Eléctricas en donde enumera formas de proceder y recomendaciones de protección ante una tormenta eléctrica, e incluso cómo reaccionar en caso de exponerse a estos fenómenos.

IRAM, es una organización privada de bien público, que desarrolla las normas de adhesión voluntaria, con excepción que una autoridad gubernamental con competencia y autoridad de control haga a estos documentos de cumplimiento obligatorio.

En primer lugar, la norma IRAM 3530 destaca la necesidad de no exponerse a una tormenta eléctrica. En caso de tener que buscar refugio recomienda que sea: A – en una casa u otro establecimiento que estén protegidas contra rayos, manteniéndose alejado de puertas y ventanas abiertas; B – en refugios bajo tierra tales como: subterráneos, túneles, cavernas, etc.; C – en grandes construcciones con estructuras metálicas; D - en grandes construcciones no protegidas; E – en automóviles cerrados, y en otros vehículos con techo y carrocerías metálicas; F – en trenes o tranvías metálicos cerrados; G – en interior de embarcaciones metálicas cerradas; H – en embarcaciones protegidas contra el rayo; I – en calles de ciudades que estén escudadas por la edificación circundante, preferentemente deteniéndose junto a un muro de un edificio alto.

Por otra parte, esta norma sugiere evitar las pequeñas construcciones no protegidas, como cobertizos, tinglados, carpas, toldos o refugios temporarios; remolques, acoplados, abiertos o no metálicos

Ciertos lugares y actividades son extremadamente peligrosos por lo que deberían evitarse por completo. Como por ejemplo

A- cimas o laderas de colinas o lomas; B- zonas en la parte superior de un edificio, cerca de puertas o ventas abiertas, estufas, chimeneas, cañerías, piletas de lavar, radiadores de calefacción; C- campos abiertos, campos deportivos, campos de golf; D- playas de estacionamiento, canchas de tenis; E- piletas de natación, lagos, costas; F- cerca de alambrados, tendederos, cables aéreos en general, vías ferroviarias, líneas eléctricas o telefónicas, molinos, rejas de metal, conductores de bajada de pararrayos; G- debajo de árboles aislados, o a una distancia menor que dos veces la altura máxima del árbol; H- el contacto con equipos eléctricos conectados, teléfonos, cañerías sanitarias; I- el uso de elementos metálicos tales como: cañas de pescar, palos de golf; J- el trabajo con materiales inflamables en recipientes abiertos;

Los indicadores que un rayo está próximo a caer en el cuerpo humano, expuesto en zona de tormenta y aislado, son la sensación que los cabellos se electrizan o un hormigueo en la piel. Ante esta situación, la persona se debe arrodillar y doblar hacia adelante, poniendo las manos sobre las rodillas. No debe quedar acostado sobre el suelo ni poner las manos sobre el piso.

En caso que una persona sea alcanzada por un rayo se la puede revisar y revivir mediante una inmediata respiración boca a boca o masaje cardíaco. Si bien puede presentar quemaduras, el cuerpo humano no retiene carga eléctrica alguna, por lo que se la puede tocar sin correr riesgo.