miércoles, 3 de marzo de 2010

HOMENAJE A TRES ACTORES DESAPARECIDOS POR LA DICTADURA


sociedad

El sábado, se desarrolló un acto en el teatro Colon para homenajear a Gregorio Nachman, Luis Conti y Carlos Waitz, actores marplatenses detenidos desaparecidos en la última dictadura militar.

El evento contó con la presencia del intendente Gustavo Pulti, el secretario de Gobierno Ariel Ciano, el subsecretario de Obras de la nación, Abel Fatala, la titular de la Asociación Marplatense de Actores, Alejandra Rincón, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo línea fundadora, María Juana Rivas, HIJOS, otras organizaciones de Derechos Humanos, y actores como Darío Grandineti, Jorge Marrale, Juan Leyrado y Hugo Arana.

La ceremonia comenzó con las palabras de Norberto García, hijo de Blanca García Madre de Plaza de Mayo y actor. Luego, la asociación de actores entregó una estatuilla a los familiares de los artistas recordados Eduardo Nachman, Fernando Waitz y María Conti.

En tanto que María Juana Rivas leyó un poema de Paco Urondo, “La Pura Verdad”, junto a una sobreviviente y, Juan Leyrado junto a una actriz marplatense, hicieron lo propio con la escena de la obra donde actuaba Carlos Waitz en el momento de ser detenido ilegalmente. Por su parte, el intendente Gustavo Pulti manifestó su agradecimiento a “las Madres de Plaza de Mayo y a la asociación que permiten este homenaje a tres actores nuestros. Son tres testimonios más que ha pretendido silenciar el zarpazo de la dictadura. La recordación ciertamente es merecida y es un homenaje que a todos nos reconforta poder hacer y participar de él”.

“Cuando entramos en el camino de una recordación como ésta, de tres hombres que tienen que estar acompañándonos aquí donde se expresan en buena medida parte de la cultura y el arte de la ciudad, siento que se está construyendo algo”, dijo.

En este sentido, recordó que “el otro día nos reunimos con representantes de la comunidad judía para concluir una etapa de un trabajo en capacitación de lo que ha sido el Holocausto para los educadores marplatenses”.

“En esa recordación hablábamos también de la comunidad Armenia, de los chicos árabes que han caído bajo fuego. A mi me han venido a la mente referencias a Guantánamo, a los números de muertos iraquíes que se han perdido los nombres y los números; a Afganistán; a la barbarie desatada a veces de índole tribal en algunas partes del continente africano; y a lo que ocurre todos los días en algún momento, en alguna parte del continente, desde la brutalidad. Un instinto animal ocurre, se presenta y desarrolla la vorágine entre los seres humanos”, expresó.

“Entonces se vuelve a la conclusión de que el ser humano es capaz de estas cosas. No estamos exentos. Videla no es Videla, es algo del ser humano. Están expresando una parte, algo que nos acompaña; algo que en el instinto de las sociedades puede estar. Por lo tanto, cuando hacemos estos homenajes, creo que lo que hacemos es construir un acervo a través de la memoria, la justicia y el castigo que merecen los culpables. Un acervo para un nuevo ser humano, para una nueva forma de sociedad que incorpore las pautas más terribles de la historia que siempre parece estar volviendo en alguna parte aunque ahora no esté aquí y que solamente se combate a través de la conciencia, del amor que merece la diversidad, del reconocimiento que merece la militancia. Del reconocimiento y la contemplación que hace falta para no encontrar en los otros que piensan distinto una voluntad de anulación; de correrlo del escenario, que fue lo que en definitiva no terminóde entender nunca todo aquel que todavía hoy pide superar etapas sin clausurar la investigación, la búsqueda responsable de aquellos que cometieron lo que cometieron y que terminó con una parte de estas tres vidas, porque otra parte está aquí entre nosotros”, señaló.

Por último, el intendente apuntó: “Deseo agradecer los esfuerzos por construir un acervo de tolerancia, de democracia, amor, reconocimiento, confraternidad, y de unidad en la diversidad. Quiero agradecer la militancia futura por la construcción de ese acervo. Cada pañuelo blanco, cada madre, cada militante, cada hijo, hermano, padre que recuerda, está trabajando para construir un acervo. Eso es lo único que podemos darnos para tratar de inmunizarnos sobre esa capacidad destructiva que puede tener el ser humano.